Recibí este texto, gracioso y a la vez profundo, un resumen del trabajo que proponemos en el método inspira, de una colega francesa/hindú, una mujer fantástica. Grácias Nafissa.
«El trabajo» (así lo llama Byron Katie) que propone la ermitaña se hace en soledad, en el silencio de uno mismo con uno mismo. Lo puedes hablar tan solo con las personas que están igual que tú en este camino. Xavier Melloni un día me lo resumía como el camino de la Presencia. Y es que sólo hay eso… no hay nada más que darse cuenta de cómo procedemos y cambiarlo, nada más que eso. Y esa Presencia precisa de mucha energía. Yo la saco de mi misma, de la meditación y el silencio. No hay más dónde buscar. Y eso dicen los sabios.
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Un día una persona subió a la montaña donde se refugiaba una mujer ermitaña que meditaba, y le preguntó:
Qué haces en tanta soledad? a lo que élla le respondió: tengo mucho trabajo.
Y cómo puedes tener tanto trabajo?, no veo nada ni nadie por aquí…
Tengo que entrenar a dos halcones y a dos águilas, tranquilizar a dos conejos, disciplinar a una serpiente, motivar a un burro y domar a un león.
Y por dónde andan, que no los veo?.
Los tengo dentro.
Los halcones se lanzan sobre todo lo que se me presenta, bueno o malo, tengo que entrenarlos a que se lancen sobre cosas buenas. Son mis ojos.
Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan, tengo que enseñarles a que no hagan daño. Son mis manos.
Los conejos quieren ir donde ellos quieren, no enfrentar situaciones difíciles, tengo que enseñarles a estar tranquilos aunque haya sufrimiento, o tropiezo. Son mis pies.
El burro siempre está cansado, es obstinado, no quiere llevar su carga muchas veces. Es mi cuerpo.
La más difícil de domar es la serpiente. Aunque está encerrada en una fuerte jaula, ella siempre está lista para morder y envenenar a cualquiera que esté cerca. Tengo que disciplinarla. Es mi lengua.
También tengo un león. Ay… qué orgulloso, vanidoso, se cree ser el rey. Tengo que domarlo. Es mi ego.
Tengo mucho trabajo.
Y tú, en qué trabajas?